Acción social13/06/2025

Por el Derecho a la Vivienda

El artículo 47 de nuestra Constitución indica que “todos los ciudadanos tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”, y añade que son los poderes públicos quienes deben promover las condiciones y normas necesarias para hacer efectivo este derecho, regulando el uso del suelo para evitar la especulación inmobiliaria. Sin embargo, hoy en día ejercer este derecho se ha convertido en una auténtica carrera de obstáculos.

Nóminas que no alcanzan, requisitos imposibles, contratos precarios, discriminaciones encubiertas. Dónde estudias, tu origen, tu edad, tu género, si tienes familia o no… todo cuenta para descartarte como candidato a acceder, en el mejor de los casos, a una vivienda precaria o insostenible.

Porque la vivienda no es solo un refugio físico. Es el espacio donde tejemos nuestra vida, nuestros afectos, nuestros vínculos sociales. Es el lugar que nos ancla a una comunidad, que nos permite participar, tener una dirección, un voto, un lugar en el mundo. La vivienda es el punto de partida para ejercer el resto de derechos. Y cuando se niega este derecho, se niega la plena ciudadanía.

En la última década, el aumento del precio del alquiler ha sido más del doble que el crecimiento de la renta de los hogares; en concreto, 2,3 veces superior al incremento de los ingresos familiares medios¹. Esto provoca que cada vez más personas queden excluidas del acceso a una vivienda digna, viéndose obligadas al hacinamiento, a permanecer en casa de sus padres, a ocupar infraviviendas o, en el peor de los casos, a situaciones de sinhogarismo.

En Segovia este problema se agrava. Según datos extraídos del portal inmobiliario Idealista.com; en 2017 el precio del metro cuadrado era de 6,2 €/m²; hoy supera los 12,3 €/m². La mayoría de las viviendas vacías se destinan a uso turístico o a alquiler para estudiantes de alto poder adquisitivo.

Esta dinámica rompe la cohesión social, se invierte en quien no se queda, mientras se expulsa a quienes forman el tejido social de nuestra ciudad.

Desde Cáritas Diocesana de Segovia, vemos cada día el rostro más cruel de esta crisis: familias que no encuentran un hogar; personas que viven angustiadas por no poder mantener su alquiler; mayores atrapados en viviendas indignas; jóvenes sin posibilidad de emanciparse.

Por ello, hoy alzamos la voz y pedimos a toda la ciudadanía que no mire hacia otro lado. “Alquileres y venta de vivienda. ¿A qué precio?” Es hora de preguntárnoslo seriamente.

Porque sin vivienda no hay dignidad. Sin vivienda no hay futuro. Sin vivienda no hay derechos.

Mientras haya personas, hay esperanza. No permitamos que nuestra ciudad se convierta en un escaparate para unos pocos, sino en un hogar para todos.

 

¹ Grupo de Estudios Críticos Urbanos (GECU), El mercado de alquiler: fuente de desigualdad social, 2023.